Todos escondemos algún sueño inconfesable, que no siempre reconocemos como nuestro, aun cuando nos desnude las sonrisas que nadie ve . Todos, incluso la lunna.
Acunas los susurros que se hacen tacto sobre mí,
acunas la tierra y repones el barro con la humedad de tus labios,
acunas la sangre detenida por el latido que hunde tu voz
en el desierto tibio de mi cuerpo.